Ayer visité el Parc dels Estanys de Platja d'Aro, un refugio
de aves protegidas y de aves migratorias que están de paso. Es un parque que se
inauguró hace algunos años, coincidiendo con el Día Mundial de las Aves, como
un pulmón verde en medio de esta localidad de la Costa Brava. Fui a este lugar,
cuya existencia y extensión desconocía, con el deseo de disfrutar del
espectáculo que nos brinda la naturaleza. Ella nos exige poco a cambio de lo
que nos ofrece: paciencia para observar las especies vegetales y animales,
silencio para escuchar sus sonidos y aprender a distinguirlos, respeto para
proteger el hábitat local.
Me senté en uno de los miradores de madera que han
habilitado para facilitar la observación y me quedé a la espera de que cayera
la tarde, que es la mejor hora del día. Pronto se levantó el telón y empezaron
a asomarse diferentes especies: una familia de patos, gaviotas comunes, una
polla de agua, algunas carpas que salían a la superficie del agua sólo
parcialmente para evitar cualquier peligro de los posibles depredadores, un
ejemplar de martín pescador, tordos, estorninos, algún murciélago madrugador...
Yo estaba tan entusiasmada contemplando la majestuosidad de esa obra de arte
natural en plena actividad a escasos metros de mí que apenas me di cuenta de la
llegada de los invasores. De repente, se hicieron los dueños y señores del
mirador y tomaron posiciones en el lugar central del banco. Yo, que me había
quedado arrinconada en uno de los extremos, mientras contemplaba con deleite
los movimientos lentos y sigilosos de una familia de patos que iba a meterse en
el agua.
La especie humana invasora enseguida sacó una bolsa de patatas fritas
de una de las mochilas que dejaron en el banco, así como unos bocadillos y unas
latas de refrescos. Empezaron a repartir las provisiones a voz en grito entre
sus tres descendientes. Las crías, de corta edad, acudieron veloces, subidos en
sus patinetes que dejaron en el suelo haciendo todo el ruido que es capaz de
hacer este tipo de artilugio lanzado sobre su propio peso. La hembra humana no
probó bocado porque comunicó al resto de miembros de su grupo y al resto de la
concurrencia (formada por mi pareja y yo) que estaba a dieta y se dedicó a
comentar las maravillas de su iphone de última generación. De tanto en tanto,
entre los sonidos del crujir de las patatas y del papel de aluminio, se
escuchaba alguna frase del tipo: «Mira, mira (un nombre garrulo que
ahora no recuerdo), cómo nadan los patitos. ¿Qué hacen los patitos? Cuaaac,
cuaaac»;
«Oye,
cari, este móvil hace unas fotos más guapas...».
El macho humano tuvo un
pequeño percance y, al ir a mirar una de las fotos que había tomado su
compañera, derramó la lata de refresco de cola que sujetaba en una mano sobre
el suelo y, sin poder evitar su triste final, fue a parar al estanque, entre
los juncos. La película sobre el medio natural terminó para ellos una vez que
se acabaron las patatas y los bocadillos y cuando la hembra humana, cansada ya
de tantas instantáneas, anunció: «Venga, nene, vamos tirando que tenemos
media hora de camino en coche y no quiero que se haga de noche».
Recogieron los bártulos haciendo la misma escandalera que al llegar y migraron
hacia otras latitudes. Dejaron, no obstante, huella de su paso: migajas de pan,
alguna rodaja de chorizo y de fuet y trocitos de patatas fritas desperdigados
por el suelo que servirían como alimento de otras especies y que a mí no me
quedó otro remedio que pisar cuando ellos se fueron (sin saludarme; tal vez
ellos no me reconocieron, aunque yo también pertenezco a la especie homínida).
Por fin, mi pareja y yo pudimos colocarnos en primera línea
y entonces sí que disfrutamos del gran espectáculo que nos ofrecieron las
aves. Esta vez, sin prisas, con el silencio, la concentración y el RESPETO que
se requieren para apreciar todos los matices de luces y sonidos de la
naturaleza, dejándonos envolver por su majestuosidad. Qué insignificante me vi,
incluso un tanto avergonzada de pertenecer a esa especie que dice llamarse
humana.
© Marta García Carrato-2018
© Marta García Carrato-2018
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